Siempre
he defendido y tratado de impulsar el aprendizaje desde la
experiencia. Aprender es el resultado de hacer cosas y pensar sobre
ellas.
Cuando
yo estudiaba, básicamente, se aprendía a pasar exámenes, ya sea
sacando buenas notas o aprobando justito . Pero había muy poco
espacio para pensar. En cambio, en mi sistema se pretende que el
alumnado practique todos los procesos cognitivos que importan para
ser un persona exitosa dentro de su contexto social y un pensador
inteligente. Por ello en estos procesos incluyo investigación,
planificación, diseño, causalidad, juicio, valoración,
comunicación y negociación, entre otros. En esta forma de entender
la educación lo ideal no es partir de una asignatura del curriculum
sino ofrecer al alumnado escenarios donde tenga que utilizar
diferentes modelos de pensamiento. Los libros también estás
presentes, pero su objetivo no es que los estudiantes los memoricen
para aprobar los exámenes, son recursos para ayudar a cumplir tareas
específicas. Mi deseo es que, con el tiempo, los libros digitales
que tenemos hoy evolucionen hacia una nueva categoría de producto
multimedia.
Muchas
veces el romper con lo preestablecido nos hace dudar y nos
puede llevar a conclusiones equivocadas. No debemos ver el fomentar
el espíritu crítico y la capacidad de formular juicios de valor
como algo negativo, más bien todo lo contrario, ya que estaremos
haciendo personas éxitosas personal y profesionalmente hablando.
Para
concluir y considerando el marco en el que desarrollamos nuestra
tarea educativa: Pais, Comunidad, Centro, Inspección, Equipo
Directivo, Equipo Docente, Padres y Alumnado; debemos creer en lo que
hacemos y apostar por ello teniendo siempre presente los resultados
de la experiencia.